Transcripción de la columna en Radio Carve de 18 de diciembre, 2024
Buenas tardes a todos y bienvenidos a una nueva columna informativa en Radio Carve. Hoy vamos a hablar sobre un tema que generó un cambio importante en nuestro país: la Ley N.º 20.246, aprobada en diciembre del año pasado, que regula el uso de la pirotecnia.
Para profundizar sobre este tema y entender los puntos clave de la ley, nos acompaña hoy la Doctora Ashley Oviedo, desde la oficina del Estudio Posadas en Punta del Este. Ashley, bienvenida, ¿cómo estás?
Buenas tardes, ¿cómo estás? Muchas gracias por la invitación, es un gusto poder estar acá con ustedes y su audiencia. Como bien mencionaste, en diciembre de 2023, Uruguay dio un paso muy importante con la aprobación de la Ley N.º 20.246, que regula el uso de pirotecnia. Esta normativa marca un antes y un después en la forma de abordar los impactos sociales, ambientales y de salud que genera la pirotecnia no controlada. Hoy vamos a repasar los principales aspectos de la Ley N.º 20.246 y entender por qué es tan relevante para nuestra sociedad. Esta normativa busca encontrar un equilibrio entre nuestras tradiciones, tan arraigadas como el uso de la pirotecnia, y la necesidad de promover una convivencia más saludable y respetuosa con todos, especialmente con los sectores más vulnerables.
Claro, ese equilibrio es clave, ¿no? Entonces, ¿qué regula esta nueva ley y cuál es su objetivo principal?
Si, La Ley N.º 20.246 establece un marco normativo claro para regular el uso de la pirotecnia en Uruguay, con el objetivo principal de proteger la convivencia, la salud pública y el bienestar de los sectores más vulnerables, como personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y animales.
Y el tema del ruido es el corazón de la ley, ¿no? Porque mucha gente no lo tiene claro … ¿Cómo se mide y quién controla eso?
Exacto, el nivel de ruido se mide en decibeles, un estándar que será controlado por el Ministerio de Defensa Nacional, a través del Servicio de Material y Armamento del Comando General del Ejército. Este organismo será el encargado de establecer los criterios y garantizar que se cumplan los límites estipulados.
Entonces, para dejarlo claro: ¿qué tipo de pirotecnia queda prohibida?
Se prohíbe en todo el territorio nacional, la importación, elaboración, comercialización (mayorista o minorista) y el almacenamiento de cualquier tipo de artefacto pirotécnico de estruendo destinado al uso comercial o domiciliario.
Y se considera “artefacto pirotécnico de estruendo” a todo fuego de artificio cuyo nivel de ruido sea superior a ciento diez (110) decibeles.
La medida establece una implementación gradual, porque, a partir de los dos años de promulgada la ley, el nivel máximo de ruido permitido será reducido a 105 decibeles.
Y ahí surge una pregunta clave: ¿esto significa que toda la pirotecnia desaparece? Porque me imagino que muchos estarán preocupados por las fiestas.
No, para nada. La idea no es eliminar la pirotecnia, sino regularla. Por ejemplo, los fuegos artificiales lumínicos siguen permitidos, siempre y cuando no excedan los límites de ruido. Además, hay excepciones muy específicas, como por ejemplo: operaciones en aeropuertos, protección agrícola y espectáculos públicos o privados con previa autorización y realizados por técnicos habilitados.
Estas excepciones buscan preservar actividades esenciales y culturales sin afectar la convivencia.
Eso me parece interesante, porque se mantiene un espacio para la pirotecnia, pero con un uso más controlado. Ahora, ¿qué pasa con la pirotecnia que ya está en el mercado? ¿Hay alguna disposición especial?
Sí, hay una especie de “período de transición”. Las personas o empresas que posean artefactos pirotécnicos no conformes tendrán un plazo de dos años para venderlos, exportarlos, utilizarlos o destruirlos. Esto permite una transición gradual y evita pérdidas económicas abruptas.
Y Ashley, pensando en la convivencia diaria, que al final es lo más importante, ¿qué beneficios concretos se esperan con esta regulación?
Se espera una significativa reducción del ruido que genera estrés en personas vulnerables, como niños con Trastorno del Espectro Autista TEA, adultos mayores y animales. Esto también mejorará la calidad de vida en las comunidades, promoviendo una celebración más armónica y respetuosa.
¡Qué importante eso! Ahora, otro detalle que me llamó la atención es el etiquetado de los productos permitidos. ¿Qué propone la ley en ese sentido?
Sí, la ley establece que los artefactos permitidos deberán llevar un etiquetado hexagonal en colores verde, amarillo y rojo, indicando su nivel de ruido.
Esta medida facilita que los consumidores identifiquen de manera rápida y clara cuáles son los productos seguros y adecuados para su entorno.
¿Y cómo se va a garantizar que todo esto realmente se cumpla? Porque ahí está el desafío, ¿no?
Sin duda, la fiscalización es clave. La ley pone esa responsabilidad en manos del Ministerio de Defensa Nacional, la Dirección Nacional de Bomberos y los Gobiernos Departamentales. Ellos van a controlar, decomisar productos ilegales y aplicar sanciones económicas a quienes no cumplan. Además, el etiquetado facilita mucho la tarea de identificación.
Para ir cerrando, Ashley, me gustaría preguntarte algo más global: ¿qué impacto cultural y social podría tener esta ley a largo plazo?
A largo plazo, esta ley podría redefinir cómo celebramos, priorizando prácticas respetuosas con la convivencia y el medioambiente. Además, incentivará el desarrollo y uso de alternativas innovadoras y sostenibles para mantener vivas las tradiciones sin causar daño.
Ashley, muchísimas gracias por este análisis tan claro y completo. Sin duda, es un paso importante hacia una convivencia más armoniosa y respetuosa. ¡Gracias por acompañarnos hoy!
Gracias a ustedes. Un placer estar acá y compartir este espacio con la audiencia.
Escuchá la columna completa aquí.
Autora: Dra. Ashley Oviedo